Sin ser excesivamente caluroso, este verano madrileño ha sido latino.
Después de ir a ver Júpiter, Antares y la Galaxia de Andrómeda por Miraflores, en una reunión un poco "flipante", en el regreso el hambre me llevó a un kiosoko con música, digo yo que dominicana, alta, muy alta. El dependiente se sonreía en su pequeño habitáculo, anhelando seguramente bailar, pero ¡pena!, no le cabía el bailongo en la tienduca.
Malasaña estaba tranquila y luminosa por la mañana. De un balcón salía un bolero, lo que me confirmó el Madrid Latino, casi caribeño; a ésta sensación contribuían, sin duda, las coquetas mulatas que pueblan, rotundas, la capital.
La tarde, más "cool", en un ático de Gran Vía me trajo a Dylan, Beatles y mucho Rolling. Se veían tantos tejados... Era todo lan ligero y VITAL. Mi compañera, con sus grandes ojos, sus ocurrencias y sus casi-Martinis completaba el paisaje de Las Letras, de ese hotel.
Y al día siguiente, andando y andando con una paz inesperada, ilusiones renovadas y el espíritu a reventar, escuchaba de vez en cuando melodías Kálidas, que me susurraban desde los balcones, balcones de los barrios de mi Madriz.
Bluess Vicente
Después de ir a ver Júpiter, Antares y la Galaxia de Andrómeda por Miraflores, en una reunión un poco "flipante", en el regreso el hambre me llevó a un kiosoko con música, digo yo que dominicana, alta, muy alta. El dependiente se sonreía en su pequeño habitáculo, anhelando seguramente bailar, pero ¡pena!, no le cabía el bailongo en la tienduca.
Malasaña estaba tranquila y luminosa por la mañana. De un balcón salía un bolero, lo que me confirmó el Madrid Latino, casi caribeño; a ésta sensación contribuían, sin duda, las coquetas mulatas que pueblan, rotundas, la capital.
La tarde, más "cool", en un ático de Gran Vía me trajo a Dylan, Beatles y mucho Rolling. Se veían tantos tejados... Era todo lan ligero y VITAL. Mi compañera, con sus grandes ojos, sus ocurrencias y sus casi-Martinis completaba el paisaje de Las Letras, de ese hotel.
Y al día siguiente, andando y andando con una paz inesperada, ilusiones renovadas y el espíritu a reventar, escuchaba de vez en cuando melodías Kálidas, que me susurraban desde los balcones, balcones de los barrios de mi Madriz.
Bluess Vicente
2 comentarios:
Es un buen momento para redescubrir nuestro Madriz
querido Jose. Volvemos de esas escapadas del verano com el mono de escuchar, de mirar, de aspirar esos aires tan frescos de las flores de tus balcones. Flores con musica, martinis y Dylan. ?Quien da mas...
GRacias Rosita, hay que verse de nuevo y pasear y repasar nuestro Madriz.
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